Tic tac tic tac entra en la Mazmorra
Atada, despertó atada, no podía moverse, solo sus ojos podían
ver como las cadenas sujetaban sus muñecas. Vislumbro una figura moverse. La penetro con fuerza provocando unos espasmos
dolorosos que la excitaban…sin saber como llevaba puesto unas botas
altas,quizás se las puso él mientras dormía.
“Mi Señor” dijo la
esclava.
“Shuuu” calla esclava.
Cerro los ojos y sintió como Su Señor se volvía a acercar,
noto una luz y como por sus pechos caía cera ardiente. Se removió un segundo.
Su mano pasea por mi clítoris cada vez más excitado e
introduce varios dedos en mi ano, no puedo evitarlo esa sensación de dolor que
atraviesa con cada dedo que introduce ,cambia mi respiración más fuerte y un
gemido de dolor placentero que me desgarra, y aprieta los pezones con fuerza
tanta que un grito ahogado sale de mis labios ,me estremezco, pero me quedo
quieta esperando,coloca unas pesas en ellos …suelta las cadenas que atan mis muñecas , me ordena que me
levante y casi doy un salto de la cama, de pie ante Él con la mirada baja,
esperando,obediente a sus deseos
Hunde la mano en mi cabello cogiéndolo fuertemente , me
lleva hasta la otra punta de la habitación contra la pared fría, me priva de la visión
algo que me excita sobremanera, si, a veces desearía ver pero en el fondo
recorre dentro de mi una sensación de saber que solo él me permite ver o no …
El arnés que coloca suavemente entre mis piernas, lleva dos
aperturas una por la vagina y otra por el ano, y sujetos a el un strapp on y un plug
que introduce por ambos orificios y cierra alrededor de mi cintura.
Lleva una argolla a la que ata una cuerda , y cada vez que tira de ella siento
como ambos elementos aprietan dentro de mi.
Los azotes que voy sintiendo
sobre mi culo, y no diferencio bien si se trata de una fusta un gato o
una pala, simplemente me concentro en ello deseando otro más sintiendo el
castigo sobre mi piel , complaciendo a Mi
Señor, que de vez en cuando tira de la argolla y una nube de placer invade mi
sexo, transformando dolor en placer hasta el momento que debo pedir permiso
porque no aguanto más el estallido , entonces él decide si me deja o no correrme…
Se detiene un instante, mi cuerpo tiembla las diferentes
sensaciones, sus susurros al oído, intensas caricias, mi cara y mi cuerpo
estremecido por la intensidad , sabiendo que soy solo suya y le entrego el
dolor y el placer sin límite alguno.
Caigo a sus pies de nuevo, exhausta sintiendo como una
lluvia dorada recorre mi cuerpo, mis labios buscan a Mi Señor deseando beber
cada gota y siento de nuevo como aprieta
mis pezones castigándolos con la pala y
sus manos hasta caer desvanecida …
Mi esclava , me susurra al oído…
Tic tac tic
tac sal de la Mazmorra
No hay comentarios:
Publicar un comentario