viernes, 30 de marzo de 2012

El metro



"Me quemo por dentro, y todo el fuego que siento interno solamente a la espera de una palabra.

Queman, queman tus azotes y no puedo evitar odiarlos y desearlos, dos sentimientos contradictorios que arden en mi interior. Y te miro desafiante, pero sin embargo  sabes que no es así, que esa mirada solamente está deseando que vuelvas a hacerme tuya.



Siento que cruzo un umbral donde nunca antes había estado. Donde lo desconocido se torna atractivo y el miedo deja paso al deseo, y sin embargo te sigo buscando con la mirada, y trato de hacerte entender sin palabras que mi tiempo es más lento , quizás por no haberlas usado."



Como podía ella admitir que todo aquello que sentía era muy poco habitual. Se estuvo cuestionando durante semanas que aquel fortuito encuentro no había sido posible. A la salida del metro se arregló la falda que quedo semigirada al salir del vagón.

Estaba lleno de gente, llegaba tarde a la cita con su amiga, habían quedado en el Centro para ir a recoger unos libros, Kiara pretendía ponerse a estudiar oposiciones, ya que la situación no andaba muy allá. Corriendo llegó al metro, el cual estaba a punto de salir,subió a él y no encontró sitio para sentarse. El trayecto era de una media hora.

En la siguiente parada, aún subió más gente, y Kiara se colocó justo al lado contrario de la apertura de puertas, miraba hacia el exterior, tratando de no perder el equilibrio. Cuando el metro se volvió a poner en marcha, alguien se coloco tras ella, sujetándose a la barra superior. Ella no podia verlo, apenas podía moverse, con tanta gente era casi imposible moverse.
A los dos minutos, el individuo que estaba justo tras ella soltó la mano de la barra y la coloco justo al lado de la de ella, sujetándose así de nuevo para no caerse. Kiara, se sintió algo incomoda, pero no le dio más importancia. Un minuto más tarde, notó como una mano le pasaba por la cintura. No dijo nada. Su cuerpo se tornó rígido pero no se movió. Empezó a preguntarse si con la frenada el hombre que había tras ella había ido a posar su mano en su cintura en un ademán instintivo de sujetarse, pero a los pocos segundos comprobó que no era así.

Una suave mano se deslizó por su pierna, levantando un poco la falda y metiéndola por dentro. Kiara se puso algo nerviosa, no podía girarse, ni ponerse a gritar ni hacer nada, de alguna forma ella al sentir eso deseo que esa mano continuara su camino.

Notó como la mano se deslizaba por sus braguitas y no hizo absolutamente nada para pararlo. Era como la fantasia que muchas veces se tiene y crees que jamás te sucederá.



La mano se deslizaba suavemente por su coño, rozándolo al principio y noto como un dedo se introducia en el. Comenzó a mojarse, estaba algo nerviosa y excitada, esa sensación extraña de no saber quien esta justo detrás, quien había osado acariciar su clítoris y llevarla a un orgasmo contenido. Su mirada cambió. Ella no se atrevía a mirar al reflejo del cristal, por un lado deseaba saber quien era este hombre, pero por otro estaba sumida en tal grado de excitación que decidió no mirar. Cuando estaban casi llegando, el hombre que estaba allí masturbándola le susurro  al oído “ córrete zorra”, y ella allí entre tanta gente, sintiendo una vergüenza y excitación de desear más se corrió.



El tren paró, realizó su penúltima parada, de repente noto que no tenia nadie tras de si. El hombre había desaparecido, y ella estaba allí medio exhausta, con las bragas totalmente mojadas .Y preguntándose quien había sido aquel extraño que le había provocado tales sensaciones de vergüenza y excitación , morbo y deseo de más….



Se apeó en la última estación, bajo del vagón y se dio cuenta de que la falda estaba semigirada, trató de arreglársela disimuladamente, salió al exterior aún con sus pensamientos divagantes. En seguida vio a su amiga, pero no le dijo nada de lo sucedido, fueron a por esos libros de la oposición y tomaron un café. Ella no dejaba de recordar los hechos.  Al ir a pagar el café, encontró una nota con un número de teléfono y pensó si quizás el misterioso hombre desconocido la habría puesto allí. Lo guardó excitada aún.

Días más tarde comenzaron las clases de las oposiciones, Aina y Kiara comenzaron a ir, después de un par de horas llegó el descanso, fueron a tomar un café, se sentaron en la mesa al lado de la barra, y mientras charlaban Kiara se acordó del hombre del metro y de su numero de teléfono.  Decidió en ese momento llamar.
Marcó lentamente, pensando que nadie estaría al otro lado del teléfono. Mientras se escuchaban los tonos pensaba “que tontería, nadie lo cogerá” , pero cual fue su sorpresa cuando descolgaron el teléfono.

Escuchó una voz de hombre, ella permaneció en silencio. “Si dígame”, contestó. Ella escuchó esa misma frase de la persona que estaba sentada en la barra, a su lado. Colgó el teléfono.



A los dos minutos, sonó el suyo, no sabia que hacer….finalmente contesto “Hola”, se giró y miró al hombre que estaba sentado en la barra, el le sonrió, colgó el teléfono, se levantó y se acercó a la mesa de Aina y Kiara.

“Hola profesor”, dijo Aina.
Kiara no sabia donde meterse.
“Por favor, llamadme Roberto” , dijo él.
“Vosotras dos estáis en mi clase, cierto, Kiara y Aina” dijo mirando a los ojos de Kiara.
Kiara apartó la mirada, y el se sonrió.
“Bien, se acabó el descanso, os veo dentro” dijo él.
Kiara no podía creerlo, ese fue el hombre que la masturbó en el metro, ahí estaba, mirándola, se quería morir de la vergüenza.

Entraron a clase, se sentaron. Mientras el explicaba, ella no sabia donde perder la mirada. Él no dejaba de mirarla sutilmente.
Sobre las 20 h acabaron las clases, todos recogian sus cosas.
Roberto se acercó a Aina y Kiara, y le dijo mirandola “Kiara, puedes quedarte un momento”
Ella lo miró y asintió sin saber que decir. Le dijo a Aina que ya se verían mas tarde….



Cuando todo el mundo se marchó, Roberto cerro la puerta de la clase. Se giró hacia ella y sonriéndole sutilmente le preguntó “ Te gustó el viaje en metro?”
Kiara no sabia ni que decir. Tampoco el la dejó decir nada. Se acercó a ella por detrás , susurrándole al oído, “Kiara, te gusto?”
Ella contesto con un si, y el no contento con ello ,la cogió por detrás , la hizo recostarse sobre la mesa y le acarició el culo, el cual comenzó a azotar cada vez con más fuerza.

Quemaban sus azotes, pero sentía una sensación agradable y como poco a poco iba mojándose. Continuó azotándola durante un rato con la mano.  Kiara no dejaba de pensar en el metro, en como le había gustado la sensación de sentirse sin tener el control. Se dejó llevar. Roberto comenzó a quitarle la falda, esta vez le bajo el tanga, y fue azotándola cada vez más mientras ella ardía en deseo de correrse.

"No te corras zorra””. La giró , le quito la camiseta e hizo que se arrodillase. Deseaba usarla. Kiara no entendía la situación, solo sabía que esa sensación de perder el control, que cedia le gustaba cada vez más”. Roberto la coloco a cuatro patas, acercó una silla , se sentó y sobre ella deposito un libro. La estaba usando como pupitre, mientras la azotaba.
Se levantó de la silla, Kiara no dejaba de jadear. Roberto comenzó a acariciarle suavemente el culo.

“Sabes Kiara, tienes un culo muy deseable, el cual me voy a follar”

Kiara giró la cabeza hacia el. Sus miradas se encontraron, ella lo miraba con lascivia, vergüenza y deseo de más. Sin saber porque, deseaba más y más.


 Bajo la mirada y ella le dijo “ sigue”

"No te muevas” .dijo él.


 Roberto se acercó al armario situado frente a ella, abrió la puerta y saco un dildo. Volvió a acercarse a ella , dejo caer saliva sobre su culo, y poco a poco introdujo el dildo por el coño. Mientras azotaba de nuevo su culo e iba abriendolo cada vez más. Al cabo de un rato, la penetro con fuerza. Se escucho un gemido ahogado. Se sentia como una zorra, que deseaba hacer todo lo que el quisiese, deseaba complacerlo…
Solo se escuchaba la respiración jadeante de ambos. Kiara gemía cada vez más y más, quería correrse pero el no la dejaba.

Se corrió en su culo, y cuando lo hizo, le dijo “ córrete zorra”. Kiara se corrió lanzando un gemido que el ahogo poniéndole la mano en la boca.

Ahora perra, limpia mi polla. Kiara hizo lo que él le indicó . Su mente iba tan rápido, se sentía tan excitada que acabo lamiendo toda la polla, los cojones hasta que el la cogió del pelo y la hizo parar.



Cuando se marchó del aula sentía aún como le quemaba todo por dentro y por fuera, sentia la excitación y algo que corría por sus venas, deseaba más , deseaba complacerlo, se sintió tan puta cruzando ese umbral en el que nunca antes había estado que su mente no dejaba de pensar “ soy tuya”













Preciosa canción. Gracias SoulMan

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