martes, 13 de diciembre de 2011

Azotes


Sentir que tienen sobre ti ese control, eso es lo que pensaba para sus adentros. Dejarse llevar y dejar que marquen el ritmo de cada momento, que fluye solo como si de una melodía se tratase.

No sabía bien porque sucedió , pero así fue, sin saber bien como se corrió mientras hablaban de cine. La conversación no tenía nada de excitante en si misma, pero su cuerpo respondió de una manera como nunca lo había hecho. Entonces paró la conversación y le comentó sin saber muy bien como que se había corrido, así sin más.



Al principio el se mostró un tanto no se si llamarlo incrédulo, pero sabía que era muy complicado conseguir que tu sumisa se corriese sin más, solo con decirlo, y más aún sin haber dicho nada.

Las sensaciones que en ella provocaba hacían que con tan solo una palabra ella se corriese. Durante un tiempo se preguntó el porque, hasta que dejó de hacerlo y solo se corría para su Amo. A veces salia solo , como aquella primera vez, otras el pronunciaba una sola palabra y ella no dejaba de correrse como una gata en celo que deseaba a su Amo, se corria para el , pero había algo más profundo en todo ello, él estaba dentro de ella, poco a poc sin prisas, el efecto que en ella causaba era de tranquilidad, como cuando uno mira al mar en calma y a la vez una gran excitación interna que no sabía bien explicar.

Tanto las veces que pasaban juntos , como cuando solo charlaban por telefono  el conseguia hacer que su sumisa se corriese sin tocarla, tan solo con unas palabras.

Aquella noche mientras hablaban él le pidió que se corriese para el, sin prisas, ella obedeció.

"Tienes 15 segundos para correrte sumisa", iba marcando los tiempos y estos cada vez más cortos pero más intensos en los que ella se corría más de 3 veces en menos de 15 segundos. Había momentos en los que él prolongaba más el deseo de ella no dejando que se corriese y cuando lo hacía ella no podía más que gemir intensamente. Pero aquella noche, fue distinta.

Por primera vez se sintió liberada, y deseaba correrse para su Amo tantas veces que en vez de los gemidos que normalmente el escuchaba de su perra, esta vez escucho algo mucho más intenso, un gemido que salia de dentro como si necesitase entregarse por completo a el, haciéndolo sin más y por primera vez se sintió que el estaba dentro removiéndola, haciéndole sacar un alarido casi salvaje del que ni ella misma había pensado, y se sintió libre. Deseaba mostrarle a su Amo todo, todo lo que llevaba dentro y que no había podido sacar hasta ese momento.

Mientras hablaban el fue indicándole cuando correrse, acortaba los tiempos, los prolongaba sin dejar que se corriese, y eso aún la excitaba más. Le preguntó en varias ocasiones si estaba cansada y ella dijo que no, y continuó.

La cogió del pelo y tiró de el hacia si, , ella a cuatro patas le ofrecía su culo. Empezó a azotarla y con cada azote que le daba le decía " sumisa córrete", así estuvo un tiempo hasta que ella no pudo más y entonces le soltó del pelo se acercó a ella agachándose , la cogió por la cara y mirándola le pregunto ·sumisa, dime, de quién eres", ella con voz firme dijo"TUYA" y justo al pronunciar esa frase volvió a correrse. Pero él no quería eso, él quería que ella aprendiese a correrse con los azotes  y que dejase de hacerlo con los mismos.

La volvió a coger del pelo, y la azoto, pero esta vez fue diferente, fue un azote intenso y con cierto grado de dolor, mientras lo hacía él le decía " sumisa, no te corras, lo has entendido?", al principió ella no entendió bien y volvió a correrse sin poder evitarlo, hasta que la intensidad de los azotes fue tan fuerte que dejó de hacerlo, entonces él volvió a azotarla suave diciendole de nuevo " córrete sumisa", y así lo hizo, volvió a correrse para Hector de nuevo. Fue intercalando los azotes, unos indicaban que podía correrse  otros que no debía hacerlo, así estuvieron largo rato.

Cuando ella lo entendió con cada azote que Hector le daba a Nayara ella sabía perfectamente que es lo que deseaba su Amo.

Pasó un rato y el le volvió a preguntar : " y ahora, lo has entendido?"

Ellá le miró a los ojos mientras el continuaba azotandola, con la mano al principio, con la fusta después y contestó " Si Amo" y se corrió por la intensidad del azote.

Ahora no solo se corría más de 4h seguidas con tan solo las palabras de su Amo, sino que también con cada azote descubrió el placer que le proporcionaba tanto el correrse o no, deseando que cuando fuese que no llegase un nuevo azote que le permitiese él correrse.

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