martes, 4 de octubre de 2011

Collar en la arena




Sus manos recorrieron de nuevo las nalgas de Yaiza,le gustaba ponerla nerviosa , esos segundos antes de que ella sintiese como su mano la azotaba y ella se corría sin poder evitarlo.
Instantes previos a ello el le susurraba al oído, “puta mía” , le  provocaba en ella una mayor excitación. Le gustaba sentirse la Puta de su Amo, sentir como él la usaba e iba entrando en un estado de excitación al mostrarle su culo.


Aun recordaba el día en que su Amo le puso el collar, sintió una sensación vertiginosa y placentera de saberse suya.  Era otoño, paseaban por la playa, aún brillaban los últimos rayos de sol de una cálida tarde otoñal. Su falda se levantaba un poco al rozar el viento. Descalzos por la arena, apenas si había gente.

Las olas del mar rompían en las rocas dejando un dulce estruendo, absorta en el horizonte  paseando con Héctor que la miraba como el viento movía su cabello. Héctor sin decir palabra, la cogió de sorpresa, le azoto el culo y sin que ella le diese tiempo a reaccionar la cogió fuerte por el cabello acercándola hacia si. La beso y mirándola a los ojos le dijo “Yaiza, dame tus braguitas”. Sin soltarla del cabello ella se las quito deslizando una de sus manos por la falda, dejándolas caer a la altura de los tobillos.
Deslizandolas por los pies quedando en la arena. 

Héctor tiró de la falda hacia abajo dejando el coño de su sumisa expuesto a la mirada de cualquier caminante, a los lejos un hombre que paseaba se detuvo y observó la escena,miraba con ojos lascivos la semi desnudez de Yaiza. 
Ella enrojeció  al darse cuenta de que aquel hombre la observaba , pero no pronuncio palabra, Hector la soltó del cabello y ella se giro hacia él y beso sus labios mientras miraba al hombre que estaba a lo lejos.
La hizo arrodillarse en la arena, comenzó a caminar en circulo en torno a ella. Yaiza esperaba excitada por la situación. EL hombre que los observaba se alejo unos metros, como tratando de disimular que no les había visto, caminó en dirección contraria a ellos y se volvió a parar girándose …


Esa situación divertía a Yaiza, pensaba que que pasaría si el hombre se acercase un poco más, acabaría sacando su polla y masturbándose, se preguntó para si misma.
Hector adivinaba el pensamiento de su sumisa, la miraba a los ojos , y pensó que deseaba con fuerza hacerla suya. “Yaiza, quitate la camisa” Ella obedeción diciendo “si, Amo”.
Quedo completamente desnuda, sintió una excitación mayor. ·Ves a aquel hombre, levantate y acércate a él, no le toques , solo mírale a los ojos y dile quien eres, y vuelve como una buena perrita”
Yaiza miró a su Amo, le daba vergüenza la situación , reaccionó y se levanto obedeciéndole. Comenzó a caminar por la orilla de la playa con paso firme y seguro. Hector la observaba alejarse.

Iba moviendo las caderas, marcando el paso. Llego a la altura del hombre, se puso frente a él y lo saludó.

“Hola, buenas tardes”-dijo Yaiza
“Buenas tardes” contesto sin saber que decir. Él la miró con ojos lascivos dando a entender que le apetecía follarsela. Ella vio su mirada…

Cuando el hombre hizo amago de ir a tocarla, Yaiza se apartó dando un paso atrás, y le dijo “ no puedes tocarme, solo mírame, soy la Puta de mi Amo”

“La Puta de qué?” preguntó el sin saber como reaccionar.

“Si, la puta de mi Amo” repitió Yaiza. Se quedó inmóvil frente al hombre.  “Si deseas tocarme, deberás pedirle permiso a él”, dijo señalando a Hector.

No podía creérselo, el hombre deseaba folllarsela.. Yaiza se giró enrojecida, se arrodillo dándole la espalda, y comenzó a caminar como una perrita, a cuatro patas, regresando al lado de su Amo.


El hombre no dejaba de mirar tal escena, se fijó en su culo , un culo deseable de ser follado. No pudo evitarlo  su polla se puso tan dura, que le apretaba el pantalón, y bajo su mano a la cremallera se la sacó y comenzó a masturbarse  mientras Yaiza se alejaba a cuatro patas.


Hector  miraba como Yaiza había cumplido sus deseos, la veía regresar como una buena perra al lado de su Amo, la observaba , su pezones erguidos y duros, su cabello al viento, su culo…

Yaiza llegó y se quedo arrodillada a los pies de su Amo, le besó los pies, y se permaneció inmóvil. Hector vio como el hombre continuaba mirando masturbándose…cogió a Yaiza del cabello y la tiró hacia atrás, la abofeteó un pa rde veces. La excitación de Yaiza iba en aumento.


Hector quería follarse a Yaiza, “ahora beberás la leche de tu Amo”, comenzó a follarsela, Yaiza sintió como la polla de su Amo le entraba hasta hacerla quedar durante unos segundos sin respiración, segundos que aumentaban más la excitación de la sumisa. Ella continuó haciéndole una mamada, hasta que en medio de la excitación el soltó un gemido tras el cual salió toda su espesa leche que recogió los labios de Yaiza. Se bebió como una buena perra toda la leche de su Amo, limpiándole con la lengua toda la polla y besándole después los cojones.


El hombre que los observaba se alejó de la escena…”eres una buena perra”

“Cuéntame, que le has dicho a ese hombre?” le preguntó Héctor

“Que era la Puta de mi Amo y que si deseaba tocarme debía pedir permiso”

“Muy bien Puta mia. Sabes eres una buena perra, obediente..” le dijo mientras la acariciaba.

Saco una cajita del bolsillo del pantalón, la abrió y se la mostró a su sumisa. “Tu collar , querida puta mía. A partir de hoy lo llevarás siempre puesto.  Después de tanto  tiempo te lo has ganado”


Yaiza estaba muy excitada , lo miro sonriente. La vergüenza que sintió al principio, viéndose desnuda en mitad de la arena,  paso a un segundo plano, se sentía orgullosa de su Amo y deseaba complacerlo.
Se acercó a ella y le retiro el cabello, le puso un bonito collar, plateado con una pequeña inscripción por dentro que ponía, “la Puta de mi Amo” y por fuera las iniciales grabadas en letra gótica, una “H” que entrelazaba una “ Y”.


Orgullosa de sentirse suya, le dijo “Gracias mi Amo, espero servirle cada dia mejor”
Se levantó y el comenzó a acariciar los pezones de su sumisa, apretándolos con fuerza, allí en mitad de la playa, se veía en los ojos de Yaiza la excitación, él le dijo” quiero que te corras, y escucharte como una buena perra”

Yaiza comenzó a correrse, cada vez que el apretaba con más fuerza los pezones de su sumisa, ella soltaba un gemido que la llevaba a mojarse cada vez más, le azotó el culo y el coño,  y finalmente tras recrearse en ella, la arrodillo y la monto , metiendo la polla con fuerza por el culito de su sumisa. La penetraba cada vez con más fuerza escuchando los gemidos de ella cada vez más fuertes, tanto que  acabó explotando de tanta excitación en un gemido tan fuerte que provoco que el acabase corriéndose también.


Yaiza sintió como el tiraba del collar, acercándola a el mientras que le decía, “eres mi sumisa, mi puta, mi esclava… y quiero y deseo contigo Todo”…


selene

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