martes, 1 de febrero de 2011

Un buen Amo

Últimamente leo cosas con las que me siento identificada, aquí os dejo esto....

Mi sumisión es mía ..y de mi Amo..



Un buen Amo ante todo es digno de confianza, no defrauda jamás a su sumisa, porque sin esta confianza es imposible llevar una relación D/S plena.  Sabe darle la tranquilidad que ella necesita, no tiene nada que ocultar por lo que puede dar los datos necesarios para que quien está en la posición sumisa, pueda sentirse segura y confiada.  La calma y el autocontrol son básicos, pues en sus manos se abandona un ser, y la pérdida del control puede ser muy dañina.  Jamás castiga enojado, pues esa cólera puede llevarlo a excesos, o, en el peor de los casos a dañar a su propiedad. No olvida que ambos, Amo y sumisa antes de ocupar roles son seres humanos y como tales, tienen sentimientos, emociones, pensamientos y demás, muy válidos y respetables.  Puede ser severo y firme por momentos, pero también ser dulce y cariñoso en otros.  Sabe que la entrega que recibe es un regalo y la corresponde con su dedicación y protección en todo momento.  Muchas veces tendrá que dejar a un lado su rol dominante para ser amigo, hermano, compañero cuando su sumisa lo necesite, porque no olvida que la realidad puede ser dura y compleja y ser necesario dejar a un lado al Amo para ser lo que su sumisa anhela en ese momento.  Un buen Amo sabe a ciencia cierta el momento y lugar indicado para todo, no se excede, no transgrede los límites, no rompe acuerdos.  Conoce a su sumisa más que a sí mismo y puede con el simple hecho de mirarla o de escucharla, saber si está triste, preocupada, alegre o temerosa.  Debe ganarse su corazón y seducir su mente, hacer despliegue de su inteligencia y sentido del humor; conquistar su alma con ternura, calidez y poseer su cuerpo siendo firme, mostrando su poder, sin titubeos ni dudas, pero sin dejar de tener los cinco sentidos puestos en ella para cuidarla siempre.  Se gana el respeto en todo sentido, muestra su inteligencia, su capacidad, su sensibilidad, su empeño, su estabilidad, su dedicación.  No tiene prisa, porque sabe que apresurar tanto el conocimiento, como la educación sólo haría que las bases de la relación fueran inestables y poco sólidas;  por el contrario, se toma el tiempo necesario para conocer a su propiedad lo más que le sea posible, porque a más la conozca, mejor podrá poseerla.  Para un Amo no son necesarias las demostraciones de “posesión”, no necesita someter a su sumisa a pruebas ni mostrarle a los demás quién tiene el poder y el dominio; eso queda tácito y cuando sea necesario saldrá a la luz de forma natural, sin forzarlo o premeditarlo.  Él sabe lo que posee y sabe que puede tomarlo cuando desee, lo demás sobra. Por otro lado sabe reconocer que cometió un error, lo reconoce con hidalguía, repara el daño y da las compensaciones necesarias.  No teme alabar y premiar una buena actitud, como tampoco deja pasar los errores, porque sabe que debe corregir y enseñar a su propiedad el camino correcto para la entrega esperada; todo en su justa medida.  Ambos crecen en la relación, aprenden juntos, se hacen mejores seres humanos, porque ninguno de los dos es inferior al otro.  Del Amo depende a dónde llegue la sumisa, él es quien la conduce, quien la hace superar sus miedos, barreras o tabúes; de él depende cuán lejos llegue, cuán alto vuele, cuánto avance, cuánto entregue, cuánto se abandone o cuánto retroceda… Está en sus manos y él es el alfarero que moldeará ese barro que llegó a su vida;  no necesita “representaciones teatrales” para sentirse seguro de su dominio. Sabe que el respeto, la consideración, la admiración y la veneración son actos naturales que no necesitan estar cargados de “escenas”, sino que se demuestran a cada momento en la vida cotidiana… En una mirada, en una sonrisa, en un detalle simple, en un momento de silencio, en una actitud.  Valora la entrega de su sumisa en toda su magnitud y en cada detalle; los aprecia y los toma en cuenta.  Un Amo puede valerse del dolor y la humillación para aumentar el placer o para imponer un castigo, pero no permite que los castigos se eternicen convirtiéndolos en un sentimiento de culpa constante, ni olvida que también es necesaria una caricia, un beso o un detalle especial luego de ello.  Lección aprendida, castigo impartido, falta olvidada y todo vuelve a su lugar.  No necesita alzar la voz para conseguir obediencia, ni se vale del miedo para lograr sus objetivos; la obediencia, la entrega, la sumisión no nacen del exterior, sino brotan de las entrañas.  Las relaciones basadas en el miedo, el acoso, la persecución o la asfixia, son pasajeras y poco consistentes;  lo importante es el deseo interno de complacer al Amo y eso no se consigue con gritos o temor, sino con el respeto, la consideración, la confianza y la exteriorización de sentimientos de aprecio, cariño o amor.  Pero sobre todo, un buen Amo sabe que su sumisa es su mayor tesoro, que sin ella no sería la misma persona ni podría vivir lo que vive, ni sentir lo que siente por lo que no le mezquina su atención, su protección, sus cuidados, su confianza y su cerrada defensa cuando fuere necesario.  Simplemente, es feliz poseyéndola y sabiéndola feliz...
A veces veo blogs de sumisas que lo ponen todo muy bonito sobre BDSM, sobre sus Amos y nos quieren hacer creer que los Amos son principes azules que van a venir con su caballo y su espada y nos van a proteger de todo y todos, defendiéndonos del mundo y de los problemas...eso no quiere decir que para nosotras no sea el mejor Amo y lo adoremos, para mí es el mejor Amo...ni que todo sea malo, pero como en todas relaciones tiene sus partes buenas y malas...
El BDSM, tiene su dolor...La ignorancia de tu Amo, cuando notas o crees que no te da la atención o el cariño que necesitas, cuando se enfada contigo y te reprende por algo que has hecho mal o él te ha prohibido hacer, o porque simplemente está de mal humor y lo paga contigo y te preguntas qué has hech tu mal...sientes dolor e incluso lloras...Y cuando te azota con fusta, látigo, o su propia mano, o cuando te cae la cera sobre tu cuerpo...
Hay Amos y 'amitos' como yo los llamo...asumen papeles de amos, pero ni cuidan ni dan cariño y mucho menos protegen a sus sumisas, sólo las utilizan...empiezan a hablarte con cariño, prestándote atención y cuando ya te tienen y han conseguido lo que quieren, ya no existes...Ves que todo lo que te prometían, todo lo que te decían era mentira...esas heridas y marcas también duelen...a mí me duelen más esos azotes en mi interior, que los de fuera...

No hay comentarios:

Publicar un comentario